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    Historia del PIR

    Historia del PIR

    El contexto socio-cultural

    Años 80. La transición había finalizado y se empezaron grandes y profundos cambios. Era una época de nuevas ideas que se unían a la literatura científica internacional del momento en un clima de respeto por los derechos y libertades. Esta apertura, tanto científica como social, se pudo dar por fin después de un periodo dictatorial dominado por la censura y la represión.

    La Reforma Psiquiátrica se inicia por la defensa de los derechos de los y las pacientes. Se contemplaba la institucionalización como un fracaso y se valoraba a la comunidad como medio de solución, siendo la rehabilitación y la reinserción los objetivos máximos. Estas nuevas fórmulas traían consigo otras visiones de cómo relacionarse en el equipo terapéutico, gestando ideas como la transdisciplinariedad y valorando la necesidad de incluír la psicología. Tanto el apoyo de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN) como la creación del Colegio Oficial de Psicología (COP) fueron hitos clave para este acercamiento de la psicología a la salud mental. Con todo, el pensamiento previo perduraba y había quien entendía que la figura del médico era la única que debería decidir sobre el diagnóstico y el tratamiento de los y las pacientes.

    La conformación de la Psicología Clínica como profesión

    La formación universitaria en psicología evolucionó desde programas adscritos a la licenciatura de filosofía de finales de los 60 hasta la cristalización de una licenciatura en psicología en 1983. La Psicología Clínica se refleja en estos planes de estudio a través de un área de conocimiento:  "Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos" (PETRA). Se sucedían los debates sobre cómo debería ser la especialización en Psicología Clínica, ¿doctorado?, ¿escuelas?, ¿máster?, ¿o tal vez un programa de entrenamiento en práctica clínica en la red de salud pública?. Nuestra inclusión en los planes de reforma psiquiátrica y la estabilización de la formación de Especialistas en Ciencias de la Salud vía MIR, marcaban un panorama en el que si queríamos una especialidad, ésta debería ser vía PIR.

    Y así se logró en 1983, cuando Asturias se conviertió en pionera consiguiendo su propio PIR autonómico. Estos pasos los siguen en Andalucía (1986), Navarra (1988), Madrid (1989) y Galicia (1990). Estas formaciones no conllevaban ningún título, pero eran muy solicitadas por la propia experiencia y habilidades que implicaban. Así, se consideraba que la vía PIR era el futuro y los medios de comunicación del COP y las facultades animaban a prepararlo. En 1993, el primer PIR estatal confirmaba la instauración de esta vía.

    Una formación a la espera de título

    Entre 1993 y 1998 la formación PIR siguió sin título. Los y las residentes podían encontrarse con tutores con menos experiencia que ellos. Incluso se daban paradojas a nivel administrativo por las que el tutorizado ejercía como facultativo mientras su tutora tenía nivel de "técnico".

    En 1998 se publica el Real Decreto de la Especialidad en Psicología Clínica enfadando a dos colectivos. El primero, el de los Médicos que consideraban que dicho decreto, al nombrar el diagnóstico y el tratamiento, legitimaba el intrusismo en la profesión médica. El segundo era el de los Psicólogos del ámbito privado, que consideraban que estaban siendo discriminados porque les exigían criterios más duros para obtener este título (homologarse). Todos estos recursos legales fueron rechazados.

    El proceso de homologación empieza en 2002. Al principio, eran necesarios tres años de experiencia en el ámbito público o cuatro años y medio en el privado, haber hecho el PIR, o ser profesor universitario. Era necesario cumplir una de estas cuatro opciones antes del año 1993 (primer PIR estatal). Tras diversas protestas, se decidió hacer un segundo proceso de homologación que permitión obtener el título a quien contara con estos méritos antes del año 1998 (aparición de la especialidad). A quien no tuviera los méritos completos, se le permitía realizar determinadas rotaciones. Si aún así, no se cumplían, se convocó una prueba (similar al examen de acceso al PIR) en el que era suficiente con aprobar para lograr el título de especialista.

    En 2010 tuvo lugar este examen cerrando 12 años de proceso de homologación. Actualmente, la única forma de ser especialista es la vía PIR.

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